abril 06, 2012

Sobre el sufrimiento

Lo que voy a escribir puede malinterpretarse, y que quede claro, estoy en contra de las relaciones destructivas. Hay veces en las cuales se debe aprender que simplemente algo no funciona, y si no funciona, sólo nos queda continuar al futuro. Aclarado este punto, escribo:

Date cuenta que la vida es para sentirse, puede que tus sentidos te engañen y no te lleven por la verdad, como dicen ciertos filósofos, pero si en la vida se siente, es por algo. ¿Qué tanto se le puede llamar vivir a una vida insensible?

Sabemos todos, por experiencia, que la vida cien por ciento hedonista no existe. Hay dolor y sensaciones no placenteras, que pueden no gustarnos, pero existen, y en algún momento las experimentamos.

La mayoría de los hombres, varones y mujeres, evitan estas sensaciones dolorosas a toda costa, y puede llegar a ser tan extremo que se vuelven insensibles. Claro que es alarmante alguien insensible al amor y a las cosas gratas, pero lo es igual, el insensible a las cosas no gratas. A fin de cuentas, quien no se enamora por no sufrir de amor, evitará el sufrimiento, pero igual el amor. Y es que pareciera que evitar el sufrimiento es lo más lógico y coherente, sin embargo, si el sufrimiento existe, es por algo, al igual que todos los sentidos.

No digo que esté bien buscar el sufrimiento, pero no está mal sentirlo. A fin de cuentas si se siente es por algo, y si a la vida se viene a sentir, hay que sentir de todo para decir que se ha vivido plenamente.

Es por eso que si sufres en algún momento, recuérda que ese dolor te da a notar que estás vivo y sintiendo aún. Y resulta paradójico, y propio de una patología, pero disfruta ese dolor. Claro, se disfruta diferente y no es placentero, pero te recuerda que vives y que sientes, y al final, cuando el dolor desaparezca, habrá sido sólo una experiencia más.

Aclaro de nuevo que con esto no doy a entender que hay que sufrir por gusto o buscar el sufrimiento, pero cuando te toque, no cierres tus sensaciones, déjalo fluir, que por algo existe y por algo lo sientes. Es como un río, si fluye, es por algo, y es contranatura intentar que no fluya o que lo haga por otras vertientes.

Frente a lo efímero de la vida

Cuando llega una noticia de muerte o de estar al límite de la vida, piensas que ha empezado a llegarte el fin, ¿pero acaso no te das cuenta que desde que naces ya vas caminando hacia la muerte?

Si al final, tu propia civilización camina al fin, y hasta tu especie dejará de existir, ¿qué tan importante es dejar huella en el mundo? ¿Acaso no vale más vivir por ti y no para los demás?
Si al final lo que puedas haber hecho no tendrá si quiera alguien que lo recuerde, si lo que haces es efímero, ¿qué tan válido es vivir para hacer cosas efímeras?

¿Y si en lugar de vivir para crear, vives para tener experiencias? Las experiencias son efímeras también, acaban y después sólo viven en tu recuerdo y en el recuerdo que has tenido de ellas. Pero esa cadena de recuerdos te pueden llegar hasta el final de tu vida.