Cuando llega una noticia de muerte o de estar al límite de la vida, piensas que ha empezado a llegarte el fin, ¿pero acaso no te das cuenta que desde que naces ya vas caminando hacia la muerte?
Si al final, tu propia civilización camina al fin, y hasta tu especie dejará de existir, ¿qué tan importante es dejar huella en el mundo? ¿Acaso no vale más vivir por ti y no para los demás?
Si al final lo que puedas haber hecho no tendrá si quiera alguien que lo recuerde, si lo que haces es efímero, ¿qué tan válido es vivir para hacer cosas efímeras?
¿Y si en lugar de vivir para crear, vives para tener experiencias? Las experiencias son efímeras también, acaban y después sólo viven en tu recuerdo y en el recuerdo que has tenido de ellas. Pero esa cadena de recuerdos te pueden llegar hasta el final de tu vida.
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